domingo, 26 de diciembre de 2010

Sonrie, tienes más motivos de los que crees.

¿Alguna vez os habéis parado a pensar lo afortunados que sois? Ayer, leyendo la entrada de alguien a quien considero tremendamente valiente  y con una fuerza interior que ya quisiéramos muchos, me di cuenta de cuantas cosas tengo que agradecer. Y es que a veces estamos tan hechos a una rutina, que no nos damos cuenta de las pequeñas cosas y de la importancia que tienen. Como ese refrán que dice solo valoras algo cuando lo pierdes.

Deberíamos dar las gracias por poder salir a la calle, por poder correr, por poder trabajar, estudiar, por poder ir a tomar algo con unos amigos… Dar las gracias por poder volver a casa cada día, donde la gente a quien más quieres te está esperando.

No valoramos nuestro día a día. Damos cosas por hecho, cuando lo cierto es que no estaría de más decirlas, o hacerlas. No dejarlas para mañana. Deberíamos reír más y llorar menos. Hacer planes, viajes, más y más viajes. Ver a esos amigos que son de verdad, no los que sólo están cuando hay alegría.

Deberíamos ser valientes. Pensar menos y actuar más. Hacer locuras, de esas que con el tiempo recuerdas y una sonrisa involuntaria se abre paso en tu cara. Como cuando sin pensarlo cogí un vuelo y me plante en Madrid o Barcelona. Como cuando sin planear nada, un día que no prometía ser nada especial se convierte en uno de los mejores de mi vida, simplemente por estar en la compañía adecuada. Como los días en la playa, sin necesidad de nada más…

2 comentarios:

  1. ¡asi se habla princesa¡ recibe un besin muy grande de esta asturiana que te desea para el proximo año lo mejor del mundo.

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