sábado, 26 de enero de 2013

Miedo.

Todos tenemos miedo. Personalmente creo que no es malo tenerlo, lo realmente malo es cuando este miedo se te mete en las entrañas, cuando no te deja respirar, cuando toma el control.

Nunca, jamás debemos permitir que eso ocurra, porque cuando es el miedo el que toma el control, nadie gana, pero sí que pierdes tú.

Por eso no hay que tener miedo, y menos aún de uno mismo. Hay que conocerse, escucharse, y lo más importante, ser siempre sincero con uno mismo. Por extraño que parezca, nos mentimos muy a menudo. Bien para justificar una decisión, para no aceptar que nos hemos equivocado, o como el pez que se muerde la cola, nos mentimos por miedo a tomar decisiones que impliquen cambios.

Olvidamos que la mejor forma de aprender, es equivocándonos. Y que los cambios, pueden salir bien.