jueves, 30 de junio de 2011



Y le habló a la luna. Se lo contó todo, sin apenas parar para respirar. Y dejó que cayeran esas lágrimas que luchaba por contener. Sólo podía mostrar esa fragilidad delante de ella. Y dejó que la luz de la luna le acariciara. Aquella luna que guardaba miradas. Aquella luna que lo sabía todo, porque lo había visto todo. Una luna que era testigo silenciosa de todas las noches de insomnio. Testigo de tantas conversaciones que nunca llevaron a ninguna parte. De calurosas noches de verano fumando un cigarrillo desde la tumbona de su balcón, acompañada únicamente por el humo que salía de su boca, iluminada por la luna. Una luna que la ha acompañado siempre. Que la ha fascinado siempre. Una luna que influye en ella igual que influye en las mareas. Una luna que la mira desde la distancia y le sonríe. Una luna que le guardará el secreto. Una luna que empieza a marcharse, pero que cuenta las horas para volver a verla.

miércoles, 22 de junio de 2011

¿Por qué te quise tanto?
Aquellos que te conocen bien,
no saben que te conocí.
Por mucho, mucho tiempo,
habré de arrepentirme de ti.



                                                                             Byron
                                                                             Cuando nos separamos

domingo, 5 de junio de 2011

Lo importante de los sueños.


Yo también soy una experta en meter la pata. De hecho, es algo que llevo haciendo toda mi vida. Pero ¿sabes cuál es la diferencia? Yo no salgo corriendo cuando me equivoco. No pongo una barrera. No me rindo.

Si se ha cerrado una puerta y no puedo volver a abrirla, busco una ventana por la que entrar. Si tengo que decirte que te quiero, lo digo, y luego me quedo para escuchar como dices “y yo a ti” mientras te vas a buscarla a ella. Y si luego tengo que decirte que no quiero volver a saber nada de ti, también lo hago, y me quedo para enfrentarme a la decisión que he tomado. No huyo de mis equivocaciones, y tampoco huyo de las tuyas. ¿Puedes tú decir lo mismo?

No puedes pasar cada minuto del día dándole la espalda a las cosas que escapan de tu control, porque esas cosas forman parte de tu vida, y te la estás perdiendo. Ya te dije que el tiempo no espera a nadie. No me espera a mí. Y tampoco te espera a ti. Sólo sigue pasando. Y pasa rápido...

No dejes que pase estando enfadado. No dejes que pase estando triste. No pases más de cinco minutos sin sonreír, porque ¿sabes qué? Cuesta más no hacerlo.

No pienses en las cosas que van mal, cosas que no salieron como tú querías. Piensa en las cosas que aún están por pasar. Piensa en qué puedes hacer para cambiar las que no te gustan. Pero no te quedes parado sin poner solución.

Sueña con cosas imposibles, ¿Por qué sabes qué? Lo más importante de los sueños no es conseguirlos, sino hacer todo lo posible para hacerlos realidad.

Ríe. Ríete todo lo que puedas, porque las cosas no parecen ir tan mal cuando las enfrentas con risa.

Sal de fiesta. Ves al cine. Queda a tomar unas cañas con los amigos en el centro. Conoce gente nueva. Pero no te olvides de la gente que forma parte de tu pasado.

Crea recuerdos, construye sonrisas, y disfrútalas. Nunca volverá este momento, así que aprovéchalo.

Si sientes que todo va demasiado deprisa, párate un minuto. Respira. Mira a tu alrededor. Sonríe y ponte de nuevo en movimiento.
Escucha los olores. Huele los sonidos. Toca los colores. Da la vuelta a tu mundo, ponlo todo patas arriba. Haz una locura. Y luego ríete.

Puedes hacer todo lo que quieras. La única regla, lo único que está prohibido es no hacer nada y arrepentirse de haberlo hecho.

jueves, 2 de junio de 2011

Pasos equivocados.

No empieces. No sigas por ahí. Hemos recorrido mil veces ese camino, y ya sabemos a donde nos lleva. Todavía pueden verse las huellas de los pasos equivocados que hemos dado una y otra vez.

Ya no me atrevo a preguntarte. Ni siquiera imaginarlo. No quiero decirlo en voz alta.

No quiero pensar.




...Y mi cabeza no para de gritarme que una vez más nos equivocamos.