¿Nunca os parais a pensar lo curiosa que es la vida? Un día conoces a
alguien, puede ser en un viaje, una noche de fiesta, o simplemente,
empiezas a hablar con alguien que conoces de toda la vida, pero con
quien no has tenido trato alguno. De repente, esa persona cobra una
importancia vital, y te sorprendes preguntándote cómo has vivido sin
él/ella hasta ahora, si serías capaz de vivir sin esa persona en el
futuro.
De la noche a la mañana, esa persona pasa de ser
simplemente alguien conocido, a ser el motivo de tu sonrisa. Y no me
refiero a la sonrisa de los labios, sino a esa sonrisa que no miente,
esa que se ve en los ojos, que hace que te brillen de una forma
especial.
Alguien en quien no habías reparado nunca, pasa a ser lo
último que piensas antes de dormir. Con cada palabra, con cada sonrisa,
con cada roce, con cada guiño, va tirando piedra a piedra la coraza que
tardaste años en construir a tu alrededor para que nadie pudiera llegar a
esa parte de ti que tiempo atrás alguien rompió.
Sin planearlo, te das cuenta de que todo encaja. Entonces entiendes que era cierto eso de "cuando no buscas, aparece", y "donde menos lo esperes...".