jueves, 18 de agosto de 2016

Tormenta tropical



Y me paro, me calmo, respiro. Y vuelo a respirar, y me vuelvo a alterar. Pasos cortos, pasos rápidos. Me estalla el pecho y escucho cómo discuten mi cabeza y mi corazón. Sólo que esta vez ambos me piden a gritos olvidar. Y yo respiro y asiento. Porque es lo que quiero: respirar y olvidar. Pero los tres sabemos que cuando tenemos calma, sólo es una pausa mientras llega la siguiente tempestad. Sigo confiando en que esto ya no sea una tempestad, sólo los últimos coletazos de una tormenta tropical.