Anoche sonó mi móvil. Fui a cogerlo corriendo, me encanta recibir llamadas, pero cuando leí el nombre que indicaba la pantalla quise estampar el teléfono contra la pared.
Miré el reloj que había en la pared. Marcaba las 11.30 de la noche. Supe lo que me dirían cuando descolgara.
No quería cogerlo.
Quizá, pensé, si no lo cogía, lo que había sucedido, el motivo de la llamada, no fuera tan real. Tendría un par de minutos más pensándote en presente.
El teléfono continuaba sonando insistente, parecía decirme, recordarme, que las cosas no iban a cambiar sólo porque yo ignorase una llamada.
Cogí el móvil, descolgué y me llevé el aparato al oído, cerrando la puerta a la esperanza, rompiendo tu pensamiento en presente en mil pedazos.
- Se acabó. Todo ha terminado. Con mucha calma, como él. Escuchando a Michel Camino. Humilde, pero a pesar de todo, como un marqués.
¿Sabes? he decidido seguir pensándote en presente.
Por ti.
Por tu hijo.
Y porque necesito pensar que alguien como tú sigue en el mundo, inclinando la balanza hacia el lado adecuado.
Para que personas como EL tengan una oportunidad, necesitan personas como TU que se la brinden.
http://www.fcarreras.org/es/
Las personas se necesitan unas a otras, también para algo más que dar oportunidades.
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